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Dipanbu: el arte de las posturas profundas en el Kungfu

1. Introducción


Hay un secreto en el Kungfu que separa a los practicantes comunes de los que verdaderamente forjan un cuerpo indestructible: Dipanbu (地盘步), la postura baja, la raíz a ras de suelo.


Los viejos maestros decían que “para tocar el cielo primero hay que conquistar la tierra”. Y conquistar la tierra significa aprender a sentarse en ella, a hundirse sin perder poder, a moverse con fluidez cuando el cuerpo está casi rozando el suelo.





2. El entrenamiento de la postura baja


Practicar dipanbu no es agradable al principio: las piernas tiemblan, los músculos arden, la respiración se agita. Pero ahí está el tesoro. Al entrenar posturas bajas, se desarrolla:


Fuerza estructural en piernas y caderas.


Flexibilidad real que abre el kua y libera movimiento.


Enraizamiento profundo, una conexión con el suelo que vuelve estable cualquier técnica.


Agilidad rasante, la capacidad de descender y ascender en un instante.



Métodos de práctica


1. Estático: mantener la postura hasta que las piernas ya no respondan.



2. Dinámico: encadenar distintas posturas bajas en secuencia fluida.



3. Marcial: usar posturas bajas para entrar debajo de la guardia del rival, barrer sus raíces, proyectar desde lo inesperado.



4. Explosivo: caer bajo y levantarse con velocidad, como trueno que golpea desde la tierra.


3. En los estilos clásicos


El Shaolin convirtió el dipanbu en una marca registrada: de allí nació el Ditang Quan, el “boxeo del suelo”, con secuencias rasantes y acrobáticas.


En el Chaquan, el trabajo bajo sirve como contraste para la amplitud de sus movimientos largos, creando una alternancia de cielo y tierra.


El Baguazhang hoy dia no es famoso por posturas bajas prolongadas, pero sí por la apertura y cierre de kua en movimiento; el dipanbu aparece en transiciones inesperadas durante los giros.


En el Taijiquan, el “sentar en la postura” es una forma refinada de dipanbu: parece suave, pero hunde el centro de gravedad y educa la raíz.


En el Xingyiquan el dipanbu es esencial: sin capacidad de sentar la postura y hundir el peso, la explosión de fuerza (fa jin) queda incompleta.


Y en el Ziranmen, escuela de la naturalidad, se entrena bajar y subir sin rigidez, demostrando que lo bajo no es peso muerto, sino libertad de movimiento.


4. Cierre: el vínculo tierra-cielo


El dipanbu es el recordatorio constante de que sin raíz no hay ramas. Si el yaotui —la unión de cintura y pierna— es el motor del Kungfu, entonces el dipanbu es el campo de prueba definitivo que demuestra si esa unión es real: cuando bajas al suelo, ya no hay espacio para trampas. O tienes estructura y fuerza, o te desplomas.


Con posturas bajas, el Kungfu deja de ser solo técnica de brazos y se convierte en arte completo: un cuerpo entero que se enraíza en la tierra y se eleva hacia el cielo.


Entrenar dipanbu es duro, exige paciencia y constancia, pero el premio es claro:

piernas de hierro, cintura flexible, y un Kungfu que no se derrumba jamás.



Miguel Briske

Transmitiendo el arte ancestral para la vida moderna


📌 Sobre el autor


Miguel Briske es maestro de Kungfu Ancestral y Chikung, con más de 30 años de práctica e investigación en estilos como Shaolin, Chaquan, Xingyiquan, Taijiquan; Baguazhang, Xinyi Liuhequan y Liuhe Ziranmen. Su misión es transmitir el arte marcial ancestral como un camino vivo de transformación, para cuerpos reales y vidas modernas.

 
 
 

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