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Los Tres Pilares del Kungfu: El Secreto de los Maestros Antiguos

Actualizado: hace 5 días


El Legado Perdido del Kungfu Ancestral


Hubo un tiempo en el que los maestros de Kungfu eran auténticas leyendas vivientes. Sus cuerpos, incluso en la vejez, se mantenían flexibles, resistentes y tan duros como el acero. Sus habilidades de combate trascendían lo común, y sus discípulos hablaban de ellos con reverencia, como si fueran seres de otro mundo.


Hoy, sin embargo, esa imagen parece lejana. Vemos practicantes que dominan formas vistosas o técnicas deportivas, pero rara vez encontramos a alguien que encarne la fuerza, la vitalidad y el poder integral de aquellos maestros del pasado.



¿Qué cambió?


La respuesta es clara: los métodos de práctica se transformaron.

Con la modernización de China, muchos de los antiguos sistemas de entrenamiento fueron sustituidos por métodos fragmentados, influenciados por la gimnasia occidental y la competición. Lo que antes era un arte integral, ahora muchas veces es un híbrido sin cohesión: una especie de Frankenstein marcial.


Pero el Kungfu auténtico no nació de improvisaciones. Durante siglos, fue perfeccionado como un sistema estructurado y coherente, basado en una teoría sólida y transmitido de generación en generación.

Y en el corazón de ese sistema existían tres cimientos inseparables: los Tres Pilares del Kungfu.



Los Tres Pilares del Kungfu


El entrenamiento marcial tradicional se sostenía sobre una estructura que integraba cuerpo, técnica y aplicación real. Estos son sus tres fundamentos:


1. 功法 – Gong Fa – El Trabajo del Cuerpo


El entrenamiento físico específico que transforma al practicante desde dentro.

Se trata de un trabajo diseñado para reforzar tendones, huesos y articulaciones. Desarrolla elasticidad, resistencia, potencia y dureza corporal, construyendo un cuerpo preparado para la guerra. Esto se logra mediante un sistema integral de entrenamiento que combina multiples prácticas tradicionales, incluyendo trabajo con pesos.

El Gong Fa forja y desarrolla todas las estructuras corporales, asi como la energía interna, la respiración y la capacidad de resistir el paso del tiempo.


2. 拳法 – Quan Fa – El Trabajo de la Técnica


Aquí se encuentran las formas, secuencias y técnicas particulares de cada estilo.

El Quan Fa no es mera coreografía; es el lenguaje del Kungfu. Cada movimiento esconde principios de fuerza, alineación, estrategia y explosión de energía.

A través de la repetición consciente y el perfeccionamiento constante, el Quan Fa se convierte en la memoria corporal del arte.


3. 技击法 – Jiji Fa – El Trabajo Preparatorio al Combate


El tercer pilar es la preparación al combate real.

Aquí se entrena cómo golpear, defender, derribar, controlar y neutralizar a un adversario. Jiji Fa es el eslabón perdido entre el trabajo técnico y el combate libre.

Sin Jiji Fa, el Kungfu se queda en teoría; con él, se convierte en un arte marcial vivo y no se pierde la conexión entre práctica técnica y combate. Cosa que suele ser muy común en estos días donde mucha gente entrena un estilo específico que luego no se ve reflejado en sus prácticas o entrenamientos de combate.



Un Sistema Integrado, No Tres Partes Aisladas


Lo más importante es comprender que estos tres pilares no son compartimentos separados.

No hay Gong Fa sin Quan Fa, ni Quan Fa sin Jiji Fa. Los tres se nutren entre sí, creando un proceso de refinamiento constante.


El practicante que solo entrena formas carece de eficacia.

El que solo pelea carece de raíz.

El que solo hace acondicionamiento carece de arte.


Pero quien cultiva los Tres Pilares desarrolla la totalidad del Kungfu:


Un cuerpo fuerte y longevo.


Una técnica precisa y refinada.


Una eficacia real en el combate.



El Retorno a la Fuente


En mi escuela, rescato esta visión integral del Kungfu, tal y como la entendieron los maestros ancestrales. Porque estoy convencido de que el arte no puede florecer sin sus raíces.


El Kungfu no es un deporte, ni un espectáculo. Es una vía de transformación: física, mental y espiritual.

Y esa vía comienza aquí, en la reconstrucción de los Tres Pilares del Kungfu.



Conclusión


Los maestros del pasado no eran superhumanos: eran hombres y mujeres que practicaban bajo un sistema coherente y probado.

Ese sistema está en nuestras manos, y depende de nosotros mantener vivo su legado.


El Kungfu ancestral nos recuerda que la grandeza no está en lo inmediato, sino en construir día a día los cimientos correctos.

Porque solo con pilares sólidos… puede levantarse un templo eterno.




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📖


Miguel Briske


Maestro e investigador de Kungfu Ancestral




📌 Sobre el autor


Miguel Briske es maestro de Kungfu Ancestral y Chikung, con más de 30 años de práctica e investigación en estilos como Shaolin, Chaquan, Xingyiquan, Taijiquan; Baguazhang, Xinyi Liuhequan y Liuhe Ziranmen. Su misión es transmitir el arte marcial ancestral como un camino vivo de transformación, para cuerpos reales y vidas modernas.

 
 
 

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