Historia del Ziranmen Kungfu - Parte 2
- Miguel Briske
- 4 jun 2018
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago 2020
Du Xinwu: Maestro de la segunda generación de Ziranmen Kungfu

Los Comienzos
Du Xinwu 杜心武 (1869-1953) pertenecía a una familia de buena posición económica y comenzó
su entrenanmiento de artes marciales a la edad de 6 años en el colegio privado al que asistía. Luego de tres años tuvo la oportunidad de poder aprender con Yan Ke, un erudito en literatura y artes marciales. Con la guía de este anciano maestro logró hacer grandes progresos en tan solo un año de entrenamiento.
A causa de su avanzada edad, Yan Ke enfermó y quedó postrado en cama. Entonces le recomendó a Du Xinwu que visitara a un Taoísta amigo suyo que vivía en las montañas cercanas. Du Xinwu había conocido a este practicante Taoísta un tiempo antes, en una de las excursiones que solían realizar con el anciano maestro por las zonas montañosas de los alrededores.
El Taoísta aceptó entrenar al joven pupilo de su amigo sin ningún reparo. Este hombre vivía en una cabaña rodeada por una alta pared sin puertas, quién quisiera entrar debería pasar sobre el muro. Así es que, una de las primeras cosas que Du Xinwu tuvo que aprender, fue saltar sobre el muro para poder seguir las lecciones del maestro en el patio interior. Esto le permitió comenzar a desarrollar Qinggong o el arte de volverse liviano, un tipo de entrenamiento clásico en muchos estilos de kungfu y un tópico especialmente importante dentro del entrenamiento de Ziranmen Kungfu.
Du Xinwu, que en aquella época contaba con unos 11 años, visitaba todos los días la casa del practicante Taoísta. Pasaba largas horas alli, aprendiendo y practicando todo el conocimiento que este adepto le iba transmitiendo.
Lamentablemente, luego de un tiempo, el Taoísta se marchó con rumbo desconocido y más tarde, su maestro Yang Ke falleció. Quedando Du Xinwu sin un guía y con un gran deseo de seguir aprendiendo y perfeccionando su kungfu.
Buscando un Nuevo Maestro
Du Xinwu continuó practicando por sí mismo hasta que a los 13 años de edad, motivado por su gran deseo de seguir aprendiendo, pegó anuncios en los comercios locales que decían:
"Du Xinwu, 13 años, reconocerá como su maestro
a cualquiera que pueda ganarle en una pelea".
El anuncio hizo que muchos practicantes de artes marciales fueran en busca del muchacho. Algunos iban con la idea de conseguir fácilmente un trabajo como maestro de kungfu, otros pensando en “darle su merecido al pequeño insolente…” Una cosa tenían en común todos los aspirantes: pensaban que iba a ser una pelea sencilla. En el fondo, tenían razón…. Porque ninguno de ellos fue rival para el joven Du Xinwu!
Gracias a su contínuo esfuerzo personal y la guía de sus maestros, Du Xinwu se había convertido en un pequeño prodigio de las artes marciales. Con sólo 13 años de edad, lograba dejar Knockout, en unos pocos movimientos, a expertos que, como mínimo, lo triplicaban en edad. Luego de ayudarlos a que se repongan, les daba las gracias y algo de dinero por la molestia de haber ido hasta su casa.
Esta "incómoda" situación para los maestros locales continuó hasta que, cierto día, un maestro de apellido Wang pasó de viaje por la zona donde vivía Du y vió el anuncio en un negocio. Wang había estudiado artes marciales en el monasterio de Shaolin y poseía un alto nivel de práctica por lo que sintió curiosidad y fue en busca del muchacho.
Al recibir a Wang en su casa, Du Xinwu se dio cuenta inmediatamente de que éste no era un maestro ordinario por lo que decidió ir con prudencia y respetuosamente le pidió una pequeña demostración de su arte antes de la pelea. Wang accedió y Du Xinwu quedó impresionado con los movimientos de Wang. Luego de su demostración Wang le pidió al muchacho que hiciera lo propio y éste le demostró algunas formas que había estado practicando. Wang le dijo a Du Xinwu que tenía un muy buen nivel, pero que algunos movimientos necesitaban ser mejorados.
Du Xinwu no necesitó combatir con Wang para saber que era la persona que había estado buscando. Rápidamente se arrodilló e hizo el gesto tradicional de respeto pidiendo a Wang que sea su maestro. Wang hizo que el muchacho se levantara y le explicó que no podía quedarse para enseñarle, pero que tenía en mente al hombre perfecto para que lo instruyera. Le dijo que enviaría a un amigo suyo, que era un maestro algo excéntrico, pero que poseía un alto nivel de artes marciales. Antes de marcharse, Wang le recomendó enfáticamente que fuera amable y humilde con aquél maestro.
Llega el Maestro
Luego de varios meses de espera, llegó a la casa de Du Xinwu un hombre con una carta de presentación escrita por Wang. Al leer la carta y enterarse de que quién la traía era el experto del que Wang había hablado en su encuentro, el joven no pudo más que decepcionarse. No lograba ver en este hombre nada extraordinario, al contrario de como le había sucedido con Wang. De hecho, lo único que le llamó la atención de este hombre era su corta estatura, era casi enano...! Sólo por respeto a Wang y para no romper su palabra, Du Xinwu invitó al extraño a quedarse en su casa. Este maestro no era otro que Xu Aizi, el creador del estilo Ziranmen.
Luego de su llegada a la casa de Du Xinwu, los días comenzaron a pasar y Xu Aizi parecía no tener intenciones de enseñar algo. Un día, la ansiedad pudo con el joven que interceptó a Xu y bruscamente le preguntó: “Piensa usted enseñarme algo?” A lo que Xu respondió: “Soy un hombre ordinario, qué podría yo enseñarte?” Recordando la recomendación de Wang de no ofender al excéntrico maestro el joven decidió dejar las cosas como estaban pensando que quizás era una prueba de parte de Xu. Los días siguieron pasando y la ansiedad otra vez pudo con el joven Du Xinwu y cuando volvió a increpar a Xu este le respondió enojado: “No soy un artista callejero, no tengo nada que mostrarte, si no me dejas vivir aquí me marcharé de inmediato” Du Xinwu no supo que hacer, pidió disculpas rápidamente y decidió dejar que las cosas siguieran su curso.
Ante la negativa de Xu Aizi, Du Xinwu decidió continuar practicando kungfu por sí mismo, todos los días, como venía haciendo desde hacia ya bastante tiempo. Mientras el joven practicaba, Xu se sentaba debajo de un corredor y observaba la práctica distraídamente mientras solía fumar de su pipa. Pasaron seis meses hasta que un día Du Xinwu decidió volver a pedir a Xu que le instruya, Esta vez se arrodilló en señal de respeto y le dijo: “Gran maestro, perdóneme si lo he ofendido anteriormente. Por favor, enséñeme artes marciales, le prometo que si logro algún progreso nunca lo olvidaré” Para su asombro, Xu lo hizo levantarse de inmediato y en vez de mostrarse enojado accedió a instruirlo.
Así, Du Xinwu comenzó su aprendizaje de Ziranmen y se convirtió en el único discípulo del fundador del estilo.
El Entrenamiento
Al comienzo, Xu sólo enseñó al joven varias maneras de caminar en círculo, coordinando el movimiento de pies y manos entre sí. Este método de entrenamiento es el corazón del sistema Ziranmen y es llamado Neiquanshou (内圈手), que puede traducirse de manera simple como "Mano del círculo interno".
Este método de entrenamiento es una amalgama de la movilidad natural desarrollada por Xu Aizi en su niñez, mientras vivía entre monos en la montañas de Emei, más las enseñanzas de su maestro Taoista; quién lo adoptó como a un hijo, educó y entrenó en artes marciales.
Estos ejercicios son los que nos permiten, después de bastante tiempo y repetición, entrar en un estado de total naturalidad en cuanto al movimiento corporal, reflejos y uso de la fuerza.
Xu Aizi le dijo a su discípulo que estos ejercicios eran para desarrollar su energía interna, por lo que debía de estar lo más relajado posible mientras practicaba. También debía tratar de concentrarse en su abdomen para que, tanto el movimiento respiratorio como su energía se acumularan en esa zona del cuerpo.
Una vez la práctica básica fue desarrollada, Xu enseño a su alumno a realizar los mismos ejercicios caminando sobre postes enterrados en el suelo. Más tarde aumentó la dificultad al agregar pesos amarrados a los tobillos. Después de varios meses practicando de esta manera, Du Xinwu comenzó a sentir la circulación de energía por su cuerpo y aprendió a canalizarla para ayudar a la emisión de fuerza en los golpes.
La Prueba
A pesar de los logros adquiridos, el joven Du sentía que el entrenamiento era muy tedioso y rutinario y pidió a Xu que le enseñara algo nuevo. Este se rehusó diciendo que lo que le había enseñado todavía no estaba bien desarrollado. Le dijo que esta práctica era muy importante porque coordinaba los movimientos corporales y los pasos con la mente y la energía corporal creando una base muy sólida para los entrenamientos futuros. Le dijo que debía llegar a la maestría de estas prácticas sencillas si realmente quería avanzar en su entrenamiento. Al darse cuenta de que Du Xinwu se sentía frustrado Xu le dijo: “Si no me crees podemos hacer una prueba, trata de golpearme!”
Du Xinwu había estado esperando ese momento desde hacía mucho y no tardó en saludar con respeto a su maestro antes de atacarle con toda su potencia y velocidad. Cada vez que un golpe estaba a punto de tocar el cuerpo de Xu, éste salía de la distancia del golpe y nunca era alcanzado. Du Xinwu intentó un largo rato de manera contínua y con todos los métodos que conocía de alcanzar a su maestro, pero fue imposible. Llegó un momento en que el joven necesitó parar para recuperar fuerzas y el viejo maestro le dijo con una sonrisa: “Es que tus puños son demasiado pequeños, mejor vé y elige un arma para atacarme” Du Xinwu se dirigió hacia un armero y cogió dos afiladas espadas para luego preguntarle a su maestro que arma escogería él, Xu dijo: “No necesito armas, mi pipa es más que suficiente si el caso lo requiere” Al ver la pipa que le mostraba Xu, de menos de 30 cm de largo, Du Xinwu se preocupó y dijo: “Maestro ¿ Si algo llegara a pasar…?”. “No te preocupes, ni espadas ni lanzas pueden dañarme” Dijo Xu en tono enfático.
Luego de un momento de duda, Du Xinwu se lanzó hacia su maestro tratando de asestarle un golpe a la cabeza desde arriba. La espada golpeó la mesa sobre la que estaba sentado Xu. Cuando giró su cabeza, Du Xinwu vió como su maestro estaba fumando tranquilamente sentado en un taburete a sus espaldas. Decidido a intentarlo nuevamente, Du Xinwu arremetió con una andanada de golpes que nunca llegaron a tocar a Xu. Luego de un rato de intentos fallidos, el joven arrojó sus espadas al suelo, se arrodilló frente al maestro e hizo tres reverencias, luego dijo: “Ahora entiendo que es su desarrollo de Qinggong (Habilidad de hacerse liviano) lo que le ha permitido esquivar mis espadas”. Desde ese día en adelante, Du Xinwu se dedico con gran esmero y sin dudas al entrenamiento de los ejercicios fundamentales del Ziranmen Kungfu, alcanzando logros aún mayores a los que había obtenido anteriormente.
Viajando en Busca de Nuevos Horizontes
En el año 1885, cuando Du Xinwu tenía 16 años, Xu sintió que su alumno había crecido y madurado suficientemente como para agrandar sus horizontes.
Comenzaron un viaje a pié por la provincia de Sichuan y alrededores. Este viaje enriqueció enormemente los conocimientos del joven Du Xinwu a través de contactos con diferentes maestros de renombre dentro de las artes marciales chinas de aquella época.
Luego de haber pasado ocho años de duro entrenamiento y viendo que su alumno estaba completamente maduro como para seguir su viaje y su práctica de kungfu por sí mismo, Xu Aizi le dejó y siguió su propio viaje sin rumbo fijo. Algunos maestros del estilo comentan que finalmente, Xu Aizi volvió a Emei donde vivió el resto de su vida practicando Kungfu y Taoismo.
Mientras tanto, con el correr de los años, Du Xinwu se convirtió en un maestro conocido en toda China. Enseñó en el instituto central de artes marciales de Nanjing, donde enseñaron también los mejores maestros de kungfu de su época.
Fue colega y amigo de grandes maestros de la talla de Wang Xiangzhai, creador del estilo Yiquan; Yang Chengfu, nieto del fundador del estilo Yang de Taichi; Sun Lutang, conocido maestro de Xingyiquan, Baguazhang y creador del estilo Sun de Taichi; y de Liu Baichuan, maestro del estilo Lohan Quan de Shaolin.

Foto del año 1929. Du Xinwu es el tercero de los maestros sentados, contando de derecha a izquierda. El cuarto es Li Jinling, le siguen Liu Baichuan, Sun Lutang y Yang Chengfu
También llegó a ser el guardaespaldas personal de Sun Yatsen, primer presidente de china.
Además de su propio hijo llamado Du Xiusi, tuvo sólo dos discípulos en toda su vida: Guo Qifeng y Wan Laisheng. Este último, fué quién enseñó abiertamente el estilo Ziranmen a un gran número de alumnos lo que posibilitó que este gran estilo sea más conocido en nuestros días. Al igual que su maestro, pasó sus últimos años dedicado exclusivamente a su práctica marcial y al estudio del Taoísmo.
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